Los criterios de rehabilitación se han basado en el respeto por la estructura existente, la potenciación y valoración de la luz natural, la interrelación entre los espacios exteriores e interiores y el trabajo con materiales naturales. Se ha buscado el juego entre los elementos rústicos y la construcción contemporánea, enfatizándose con el tratamiento de la luz artificial y los colores neutros.

La intervención, en cuanto a los elementos existentes, ha consistido en la recuperación de la piedra natural, tanto en las fachadas como en el interior, así como la recuperación de los pavimentos antiguos y los techos de vigas de madera y baldosa cerámica tan característicos de estas construcciones. La distribución dota de mayor flexibilidad a los nuevos espacios creados y se resuelve en tres plantas diáfanas, cada una de ellas abiertas a un espacio exterior.

En planta baja, relacionado con el espacio de entrada, se sitúa una zona de estar abierta al porche y al patio exterior. Bajo la “volta catalana” se halla el comedor de verano destacando el pavimento recuperado de ladrillo manual colocado en espiga que da paso al patio-jardín. Una plancha de acero corten forma la barbacoa hecha a medida en el mismo material. La barbacoa se complementa con un banco de carpintero antiguo donde se ubica una pica auxiliar de mármol. En la esquina ajardinada del patio una antigua piedra de molino hace referencia al nombre de la calle. Se completa el programa de esta planta con una suite de invitados.

La planta primera, un espacio diáfano, alberga el programa de día, salón-comedor-cocina. La cocina se resuelve en dos ambientes diferenciados una que aloja la zona de aguas y los elementos en columna enmarcados por un paramento de obra que oculta en su parte trasera la despensa y un baño de cortesía y una isla con la zona de cocción.

Una chimenea metálica giratoria suspendida hace de rotula entre el salón y el espacio exterior, una galería con arcos que da carácter a la fachada.

La planta superior abuhardillada, a la que se accede por una nueva escalera transparente, acoge la suite principal, el dormitorio comunicado con una terraza orientada a oeste con vistas a l’Empordà, vestidor y dos baños independientes.

La escalera se cierra en esta planta con una barandilla de chapa de acero esmaltada que se amplía en el extremo menor configurando un escritorio volado sobre los peldaños.

Se ha buscado el juego entre los elementos rústicos y la construcción contemporánea, enfatizándolo con el tratamiento de la luz artificial y los colores neutros.